lunes, 17 de enero de 2011

Rachel: Es un lugar para interacción cultural







Originalmente escrito en inglés el 13 de agosto del 2007. Traducción voluntaria por Joelle Bouchard, profesora de español en Houston, Texas, USA.

Por aproximadamente cuatro meses, trabajaba como maestra de inglés en el Centro Conviven. Quizás les haya enseñado a mis alumnos formar oraciones basicas y escribir algunas palabras en inglés, pero las lecciónes verdaderas van más profundas – tanto para los maestros como los alumnos. Conviven no sólo es una escuela; es un lugar en el cual gente con pocos recursos puedan recibir atención afectuosa y cariño. Como parte del programa didáctica de inglés, me enamoré de la vibra, la gente, y la ideología del lugar.

Cuando vine por primera vez a Conviven en febrero del 2007, el programa pedagógico de voluntarios estaba completamente desordenado con respecto a los materiales y como enseñar el ingés. Tuvimos que desarollar nuestro propio currículum basado en los pocos libros que teníamos y nuestras experiencas previas y variadas de enseñar o de dar clases particulares.

Juntos, nos platicamos del asunto, y usamos varios libros y nuestra creatividad para inventarse un plan básico para enseñarles el inglés a los niños y adultos en Conviven. Decidimos separar los estudiantes según su nivel y edad. Ahora hay aproximadamente 30 alumnos escolares y 12 adolescentes y adultos que vienen trés veces por semana para estudiar el inglés.

Trabajar en Conviven es un desafio, y cada voluntario tiene una dificultad especifica para superar. Para mi, una de las cosas más difíciles fue trabajar con un grupo de voluntarios que fue cambiando constantemente ya que gente iba y venía.

La comunicación no siempre fue clara ni constante, y el liderazgo iba y venía. Tuve que aprender ser menos egoista al tomar una decisión que afectara al grupo, como faltar a mi trabajo por un día por si acaso estuviera enferma u ocupada.

¿Por qué decidimos dedicar nuestro tiempo y energía para enseñar en Conviven? Pues, cada persona tiene su propio motivo. Para mi, es una cuestion de proveer algo de equilibrio en un país latinoamericano que sufre del problema común de la desigualdad social. Aunque algunas personas en Buenos Aires tienen la oportunidad de estudiar el inglés – una destreza valiosa que les ayudará en la vida y en sus carreras – otros en los barrios como Mataderos, en dónde se queda Conviven, no tienen esa oportunidad. Sus escuelas públicas tienen menos recursos y menos maestros preparados, y en casa no siempre están animados para estudiar.

Otra razón para ser voluntario en Conviven es que es una experiencia interactiva con gente que viene de otras culturas y de distintos estilos de vida. Los profesores aprenden de los estudiantes tanto como les enseñan. Les ayudamos a los estudiantes desarollar su autoestima y sus habilidades de lenguaje, y los profesores tienen una experiencia que abre sus ojos hacia las realidades del mundo en vías de desarollo. Conviven es un lugar en dónde “convivimos,” a pesar de nuestras diferencias, en vez de vivir separados.

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